Con el fin de entender los factores de riesgo, se debe tener en cuenta que algunos corresponden a los propios cambios del envejecimiento que se registran en el aparato urinario (Ver tabla 1), pero también existen otros que incrementan la predisposición de sufrir este tipo de afecciones (Ver Tabla 2).
Tabla 1. Cambios anatómicos y fisiológicos asociados al envejecimiento:
Infección urinaria
Factor predisponente
Cambios relacionados con el envejecimiento
Tabla 2. Factores de riesgo de ITU en el anciano
La causa más común de ITU en los adultos mayores es la Escherichia coli, seguido por Proteus mirabillis; si la persona es portadora de sonda vesical, entonces será probable que cultive varios gérmenes o que desarrolle floras polimicrobianas.
Características clínicas
Estas afecciones se dividen en altas y bajas con características clínicas clásicas. En las bajas se presentan únicamente síntomas de irritación vesicouretral: disuria, polaquiuria, dolor suprapúbico, urgencia miccional y tenesmo vesical. En tanto, en el caso de las altas se le asocian síntomas sistémicos al cuadro anterior, tales como anorexia, cefalea, náuseas y también puede registrarse fiebre aunque no siempre está presente en los ancianos.
Asimismo, hay que tener presente que a veces ocurre sin los síntomas clásicos y en ciertas oportunidades se manifiestan como si se tratara de síndrome geriátrico, lo que implicará caídas, estado confusional agudo, incontinencia urinaria aguda o crónica agudizada -a esto se le conoce como presentación atípica de la enfermedad en el adulto mayor-. Como resultado, tanto la presentación atípica como la ausencia de fiebre retrasarán el diagnóstico y el tratamiento. A esta realidad se debe sumar que en los ancianos se puede dar la aparición de complicaciones y sepsis con mayor asiduidad que en el resto de los grupos etarios.
Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico de estas afecciones se concreta mediante la realización de un urocultivo -el cual deberá cultivar más de 100 mil microrganismos por mililitro-, y a través de este procedimiento se podrá diferenciar si se trata de una bacteriuria asintomática o de una ITU sintomática. Se está ante un cuadro complicado cuando son individuos con alteración funcional o estructural del sistema urinario: cálculos renales, sonda vesical, hipertrofia prostática, obstrucción de la vía excretora urinaria, cáncer del aparato urinario, vejiga neurógena y enfermedades sistémicas que interfieran en los mecanismos de defensa del organismo.
Con respecto al tratamiento, tomando en consideración las causas ya planteadas, es recomendable emplear antibióticos inmediatamente después del urocultivo y que cubran los microorganismos ya mencionados; posteriormente, se deberá adaptar el plan antibiótico en función del resultado del urocultivo.
Prevención
Existe una serie de medidas que se puede llevar a cabo con el fin de impedir esta enfermedad: aplicar una correcta higiene de la zona perineal, evitar la constipación, y usar antibióticos en forma preventiva por un plazo de seis meses a un año -este último punto se encuentra dirigido a las personas que sufren ITU recurrente-.
La lista de acciones también incluye la aplicación de crema con estrógeno en la medida en que se restablezca la flora habitual y disminuya la colonización vaginal por enterobacterias. Asimismo, se puede incluir la ingesta de extracto de arándanos porque está demostrada su eficacia en la reducción de la recurrencia de esta enfermedad en la población anciana.
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Dr. Oscar López
Médico de SUAT