Esta hortaliza es beneficiosa para la salud debido a sus siguientes componentes: betacarotenos, vitaminas, minerales y antioxidantes. Las proporciones de sus nutrientes pueden variar en función del tipo y la cantidad que se consuma, además de otros factores que llegan a intervenir. Es rica en antioxidantes, vitaminas y fibras dietéticas, y aporta solamente 41 calorías cada 100 gramos; además, se trata de una fuente de carotenos y vitamina A. Sus compuestos flavonoides ayudan a proteger contra el cáncer de piel, al igual que de pulmón y de la cavidad oral.
Los carotenos se convierten en vitamina A en el hígado; el betacaroteno es uno de los más poderosos antioxidantes naturales que brinda protección al cuerpo de las lesiones provocadas por los radicales libres. En referencia a los beneficios de la vitamina A, sobresale su aporte en cuanto a la mejora de la visión. Cabe destacar que las zanahorias frescas también son buena fuente de vitamina C: antioxidante que ayuda a que el cuerpo mantenga el tejido conectivo, y los dientes y encías sanos. La lista de beneficios incluye su aporte de vitaminas B, como el ácido fólico, la vitamina B6 o piridoxina, la tiamina, y el ácido pantoténico, entre otros.
Y las ventajas continúan. Este alimento contiene niveles saludables de minerales, tales como: el cobre, el calcio, el potasio, el manganeso y el fósforo. En el caso del potasio, consiste en un importante componente de los fluidos celulares y corporales que ayudan al control de la frecuencia cardíaca y presión arterial.
Con el fin de elaborar una dieta saludable que se adecue a las necesidades de todos los integrantes de la familia, es esencial contar con la ayuda de un especialista.
Lic. Magela Mallada