Amplios beneficios
Se debe tener en cuenta que el aporte energético es muy diferente si se trata de arvejas frescas o secas. En el primer caso, éstas aportan 74 kilocalorías cada 100 gramos, mientras que las secas poseen 320 kilocalorías cada 100 gramos. Principalmente, este aporte calórico responde a la presencia de hidratos de carbono y proteínas, ya que su contenido en grasa es bajo.
Por otro lado, aportan vitaminas del complejo A, B, y C, y también una excelente calidad de betacarotenos que actúan en contra de los radicales libres -estos últimos son los encargados del envejecimiento prematuro-. En cuanto al aporte de minerales, se encuentran los siguientes: potasio, fósforo y hierro, así como fitoquímicos -luteína y zeaxantina-.
Las arvejas, al igual que el resto de las legumbres, se presentan como una destacada fuente de fibra soluble e insoluble. La soluble ayuda a reducir los niveles elevados de colesterol y azúcar en sangre, mientras que la insoluble contribuye a regular el buen funcionamiento del intestino y evita el estreñimiento. En cualquiera de los casos, la fibra suele producir una sensación de saciedad que es muy útil para el control y la pérdida de peso.
En este sentido, hay que tener presente que las arvejas secas contienen mucha fibra en su piel y esto es lo que le confiere una textura rígida y dura. En cambio, las enlatadas poseen una menor cantidad de vitaminas y minerales porque las pierden durante el procesado.
SUAT te recomienda consumir arvejas con frecuencia: de dos a tres veces por semana. Estas legumbres son ricas y nutritivas, y es beneficiosa su inclusión en la dieta de toda la familia. En pocas palabras, consiste en una opción ideal para variar las preparaciones y sin que se pierdan nutrientes.
Lic. Magela Mallada
Nutricionista de SUAT
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