Cifras alarmantes
El promedio de consumo per cápita en la mujer es de 14 cigarrillos; es decir, tres menos que los hombres. Al relacionar al tabaquismo con el nivel socioeconómico, se puede apreciar que el consumo de tabaco en las mujeres llega al 46,1% en los estratos socioeconómicos bajos y al 13,1% en los estratos altos. Por otro lado, la Encuesta Mundial de Tabaquismo en Adolescentes informa que el 53,1% de las estudiantes de entre 13 y 15 años ha experimentado con cigarrillos; en cambio, cuando se realiza esa misma evaluación en varones la cifra llega a 49,5%. El riesgo anual de muerte aumenta y llega al doble entre las fumadoras asiduas, en comparación con las personas que nunca han fumado en los grupos de edades comprendidas entre los 45 y 74 años.
En la Declaración del Milenio de las Naciones Unidas se plantea que "la promoción de la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer son medios eficaces de combatir la pobreza, el hambre y las enfermedades y estimular un desarrollo verdaderamente sostenible". Por lo tanto, la mujer adquiere cada vez mayores espacios en la sociedad y como contrapartida estudios recientes han demostrado que las tasas de tabaquismo femenino son más altas que las de los hombres.
Publicidad
Un tema muy delicado es el tratamiento que se le da a esta enfermedad a través de la publicidad. Se puede observar que el abordaje sobre el tabaco en las promociones audiovisuales está ampliamente dirigido hacia las niñas. La industria tabacalera ha tenido en cuenta las funciones características de cada sexo y las normas sociales que les compete a la hora de elaborar sus estrategias. En la década de 1920, las mujeres estadounidenses se convertían en uno de los objetivos de la industria tabacalera. De esta forma, se han utilizado distintas imágenes y temas para alentar el consumo de tabaco. Es así que fomentan su aceptación social y destacan los atributos supuestamente deseables. Los mensajes que bombardean con los productos audiovisuales se relacionan con: glamour, sofisticación, estilo, romance, sexo, sociabilidad, disfrute, éxito, salud, frescura, emancipación o hasta delgadez. Actualmente, se aplican las mismas técnicas comerciales en los países desarrollados como los que están en vías de desarrollo y eso lo hacen con el fin de fomentar el consumo de tabaco entre las mujeres y niñas que no tienen antecedentes de tabaquismo.
Consecuencias
En lo referente a la salud, las mujeres son tan vulnerables como los hombres ante el peligro del tabaco. Dentro de los efectos más severos se encuentran: riesgos de algunos tipos de cáncer -pulmón, orofaringe, vejiga, hígado, colon, cuello de útero, páncreas y riñón-, enfermedad de las arterias coronarias -y de otras arterias- y enfermedades respiratorias crónicas (EPOC). Otro dato importante es que las fumadoras tienen mayor riesgo de sufrir derrame cerebral. Asimismo, La lista es muy larga y no termina ahí, ya que las fumadoras presentan un aumento en la probabilidad de retraso de la concepción, infertilidad primaria y secundaria, como también embarazos ectópicos, abortos espontáneos, menopausia natural a más temprana edad que las no fumadoras y otros síntomas menopáusicos. Las que dejan de fumar antes o durante el embarazo reducen el riesgo de efectos adversos de los resultados de la función reproductiva -rotura prematura de membranas, parto prematuro y bajo peso del recién nacido-. Por otra parte, las mujeres posmenopáusicas fumadoras poseen menor densidad ósea y mayores posibilidades de experimentar fractura de cadera.
El riesgo aumenta en función de la cantidad de cigarrillos y duración del hábito; éste disminuye visiblemente cuando transcurre uno o dos años luego del cese del hábito. Al cabo de 10 años, se iguala al de las personas que nunca fumaron.
En la esfera psicológica, la mujer cuenta con una gran tendencia hacia la depresión comparada con los hombres y, por ende, se observa mayor incidencia de consumo de tabaco en este grupo de población.
Se puede decir que la mujer es protagonista de esta epidemia relacionada con el consumo de tabaco. Desde la década de 1950, la incidencia de cáncer de pulmón en las personas de sexo femenino se ha incrementado en un 600%. Por esta razón, SUAT busca crear conciencia sobre el tabaquismo al tratarse de una enfermedad de tan graves consecuencias que hasta puede llegar a la muerte.
Dra. María Dutra
Médica de SUAT