Criptorquidia
Los testículos se desarrollan normalmente en la cavidad abdominal del feto y a medida que transcurren las semanas, antes del nacimiento, descienden y quedan alojados definitivamente en las bolsas -esto se da luego de los siete meses de gestación-. Esa ubicación no es casual: para que los testículos funcionen adecuadamente deben estar a una temperatura diferente a la del resto del cuerpo -habitualmente entre tres y cinco grados menos-.
El término criptorquidia, proveniente del griego criptos (oculto) y orquis (testículo), se aplica en los casos en que un testículo -y con menor frecuencia los dos- no se encuentra en la bolsa o escroto correspondiente. Esta anomalía afecta a entre el 1 y 2% de los niños y es más alta la frecuencia en los pequeños nacidos prematuramente.
Se trata de una condición congénita; es decir, está presente desde el nacimiento. Asimismo, cabe mencionar que se ignora la causa de la falla en el descenso de los testículos. Esta afección no provoca síntomas; incluso, muchas veces los padres se dan cuenta del problema al notar que una de las bolsas parece estar vacía permanentemente -siendo esto cierto-. Es necesario recalcar este punto porque, en algunos casos, sucede que por un reflejo normal durante el llanto o al exponer al niño al frío -al cambiarlo, por ejemplo- los testículos se retraen y la bolsa aparece vacía. Es suficiente con la simple acción de calmarlo, calentar el ambiente o un suave masaje para que desciendan nuevamente a su lugar habitual; a esto se le denomina testículo retráctil o en ascensor y no constituye una anomalía.
Dentro de las consecuencias que tiene el no descenso testicular se encuentra que la mayor temperatura a nivel corporal, en relación al escroto, determinará que los testículos no produzcan espermatozoides. Si se trata de un solo testículo el restante puede suplirlo, pero si ambos están en posición anómala, entonces la esterilidad es casi la norma. También se da que, en los testículos no descendidos, es mayor la frecuencia de desarrollo de tumores en la adolescencia y edad adulta. Por lo tanto, es elemental realizar un diagnóstico y seguimiento en forma precoz para tratar esta condición lo antes posible.
En el 99% de los casos el diagnóstico se establece en el primer o segundo control del bebé. En el 20% de estas situaciones los testículos "descenderán" en los siguientes dos o tres meses y de manera espontánea. En los casos en que no suceda, se deberá recurrir a un tratamiento quirúrgico -orquidopexia- que consiste en descender y fijar el testículo en la bolsa correspondiente. Casi siempre es una intervención sencilla y sin complicaciones y tiene lugar antes de los seis meses de vida.
Cuadros agudos de bolsas
Se denominan así a los procesos de inicio agudo que involucran a las bolsas y/o su contenido. Obedecen a distintas causas que van desde traumatismos e infecciones hasta picaduras de insectos, entre otras. Los que poseen mayor gravedad potencial son: la torsión testicular, las orquiepididimitis y algunos traumatismos. Por ese motivo, será fundamental explicarlos individualmente.
Luego de la descripción de todos estos cuadros, es necesario aclarar que -sin importar la entidad de un caso agudo de bolsas- es imprescindible la consulta precoz. SUAT te informa que el pediatra, como primer recurso, deberá descartar la posibilidad de estar frente a una torsión testicular, ya que si no se trata en forma urgente llevará a la pérdida definitiva del testículo afectado.
En nuestra próxima actualización también te podrás informar sobre los problemas genitales que afectan a las niñas.
Dr. Rafael Decuadro
Pediatra de SUAT