Diagnóstico
Los criterios diagnósticos varían de acuerdo a la articulación afectada. Por ese motivo, se explicarán en forma discriminada para obtener una mejor comprensión.
Tratamiento
Tiene que ser individualizado y ajustarse a la articulación afectada. Se basa en el alivio del dolor, mantener y mejorar la función física, además de reducir al máximo la progresión de la enfermedad.
En cuanto al alivio del dolor, el fármaco seguro y de elección en los adultos mayores es el paracetamol sin superar la dosis de 3,2 gramos por día. Hay que reducir la dosis en el caso de que la persona presente compromiso hepático y/o renal. Es un fármaco útil, ya que controla el dolor en el 40% de los pacientes. También se ha preconizado el uso de antiinflamatorios no esteroideos (AINEs); sin embargo, es necesario tener en cuenta varios aspectos referidos a su uso en los ancianos. Los AINEs están asociados con riesgo de hemorragia digestiva que puede amenazar la vida y algunos de los factores de riesgo son: edad avanzada, múltiples enfermedades, diabetes mellitus, antecedentes de úlcera duodenal o sangrado digestivo previo. Si existe un proceso inflamatorio o el dolor no logra aliviarse con analgésicos simples, entonces ciertas dosis bajas de AINEs, por vía oral o aplicadas localmente, pueden ser eficaces cuando el compromiso es de pocas articulaciones. Asimismo, está la posibilidad de usar esteroides intraarticulares: otorgan beneficio y seguridad al administrarse en forma ocasional y por poco tiempo -su abuso está asociado con ruptura del cartílago-. Los esteroides por vía oral no están indicados en la OA pero, en determinadas oportunidades, es necesario su uso para el tratamiento del dolor de articulaciones con deformidades graves y que soportan peso.
Los analgésicos como el tramadol y la codeína son fármacos eficaces, siempre y cuando se controlen los posibles efectos secundarios; pueden ser usados solos o junto al paracetamol. Cuando no se logra controlar el dolor, y también para suscitar la movilidad del anciano, se recurre al uso de opioides mayores -como, por ejemplo, el fentanilo transdérmico-. Por otro lado, se han desarrollado sustancias que estimularían la síntesis de cartílago o evitarían su degradación: el sulfato de glucosamina, el condroitín sulfato, el ácido hialurónico y la diacereína -están indicados en la OA no avanzada-.
En relación a las medidas físicas, los pacientes obesos deben disminuir de peso porque esto reduce la sintomatología y retarda la destrucción del cartílago articular. Los programas de terapia física y ejercicio brindan beneficios y deberían ser parte del tratamiento de todas las personas que padecen OA; es primordial mencionar que es necesaria la intervención de un fisiatra y un fisioterapeuta.
La atrofia muscular es común en los pacientes con osteoartritis y su presencia aumenta la carga del cartílago de la articulación circundante. Por lo tanto, hay que fortalecer la musculatura proximal con ejercicios isométricos. El reposo periódico durante el día es una rutina útil para el alivio del dolor articular. También es favorable el empleo de auxiliares de la marcha -como el bastón, que debe estar prescripto por el especialista- porque disminuye la carga articular, permite aumentar los períodos sin dolor y reduce el riesgo de caídas. Al mismo tiempo, el calzado tiene que ser acolchonado, al igual que los deportivos, para mitigar sobre todo el dolor de los miembros inferiores. A esto hay que agregar el uso de corsés, fajas o brazaletes que contribuyen a aliviar el dolor lumbar; eso sí, deben utilizarse de manera intermitente para evitar la inmovilidad y no empeorar la atrofia muscular abdominal y paravertebral. Por otra parte, el calor y el frío -ultrasonido, infrarrojos, baños de parafina, entre otros- pueden ser útiles para el control del dolor. Cabe tener presente que los problemas de alineación mejoran con ortesis -aparatos o dispositivos que corrigen o facilitan la ejecución de una acción, actividad o desplazamiento-.
También es fundamental hablar de la cirugía como tratamiento porque el reemplazo articular ha sido uno de los grandes avances para el tratamiento de la OA; está indicado en pacientes en los cuales el tratamiento médico óptimo ha fallado y persiste el dolor mientras esto interfiere con el sueño o las actividades diarias. Por lo general, acceden los pacientes con enfermedad avanzada de rodilla o cadera y suelen ser mayores de 60 años. Igualmente, hay que considerar la pequeña, pero real, incidencia de falla de los implantes articulares a largo plazo.
La cirugía artroscópica es ventajosa para remover fragmentos y reparar defectos intrínsecos de la rodilla, hombro y tobillo. La artrodesis -fusión- es la técnica de elección para la muñeca, tobillo y primera articulación metatarso falángica. Mención especial merece la artrosis de columna porque, en determinadas oportunidades, provoca compresión de las raíces nerviosas que pueden requerir el uso de collarines cervicales o corsé lumbar. Existen procedimientos quirúrgicos, como la laminectomía y la fusión vertebral, que se reservan para la enfermedad grave cuando se vincula a dolor intratable o complicaciones neurológicas. La estenosis medular lumbar necesita tratamiento con "laminectomía descompresiva" extensa para aliviar los síntomas.
SUAT te recuerda que mantener un estilo de vida saludable es una de las mejores herramientas para vivir día a día de la mejor forma. Y cuando aparecen los problemas que vienen aparejados con el paso del tiempo, la información adquiere un papel protagónico. Si tienes consultas con respecto a la osteoartritis, no dudes en recurrir a un especialista.
Dr. Oscar López
Médico de SUAT