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12.04.2012

Consejos médicos

La osteoporosis

Esta afección se definió en la conferencia de consenso de los National Institutes of Health (NIH) del año 2001 como "aquella enfermedad del esqueleto caracterizada por una resistencia ósea alterada con un aumento del riesgo de fractura". Tanto la pérdida de masa ósea como la alteración de su microarquitectura -trabecular y cortical- aumentan su fragilidad; es multifactorial e influyen agentes genéticos y ambientales.

Epidemiología

La importancia radica en la asociación con fracturas que establecen su manifestación clínica, las cuales se acrecientan con la edad en asociación con la disminución de la masa ósea y aumento de la incidencia de caídas. La prevención debe apuntar hacia esta dirección; por lo tanto, en conjunto con la valoración de factores de riesgo de osteoporosis también hay que estimar los factores de riesgo de caídas.

Factores de riesgo

1) De masa ósea baja:

  • Edad mayor de 65 años.
  • Sexo femenino: menor desarrollo de masa ósea y pérdida postmenopáusica.
  • Factores hereditarios: carga genética.
  • Dieta pobre en calcio.
  • Índice de masa corporal (IMC) menor de 20: producción de estrógenos en tejido adiposo, estímulo mecánico al hueso.
  • Nuliparidad: no tener hijos acrecienta el riesgo de padecer osteoporosis .
  • Menopausia precoz.
  • Sedentarismo.
  • Tabaquismo.
  • Consumo de alcohol.
  • 2) De mala calidad del hueso:

  • Antecedentes personales o familiares de fractura de cadera.
  • Tratamiento crónico con glucocorticoides: 5 mg. de prednisona o equivalentes de otros corticoides por más de 3m.
  • 3) Factores extra-óseos: aquí se valoran los factores de riesgo de caídas que se asocian al desarrollo de fracturas; entre estos hay que valorar los del enfermo y del entorno.

    Etiopatogenia

    El aumento de la masa ósea ocurre hasta lograr un pico a los 30 años. La remodelación ósea es un proceso continuo, llevado a cabo por osteoblastos -células formadoras de hueso- y osteoclastos -células que destruyen o hacen liso al hueso-. En estas unidades de remodelación debe existir un equilibrio. Es necesario tener presente que a partir de la cuarta década de la vida disminuye normalmente la actividad de los osteoblastos. Es así que cuando ocurre un balance negativo -mayor acción de osteoclastos que de osteoblastos- se determina disminución de la masa ósea y alteración de la calidad del hueso. Por otra parte, si aumenta la actividad de recambio óseo -como ocurre en la depleción de estrógenos en la menopausia- en un momento en que las unidades de remodelación se encuentran en balance negativo, se potencian las perdidas óseas. En la vejez hay menor producción renal de vitamina D como también de absorción intestinal de calcio y esto estimula a la hormona paratiroidea o paratohormona (PTH) que, a su vez, provoca a los osteoclastos.

    Para comprender mejor esta enfermedad será fundamental detallar qué es la osteoporosis primaria y sobre qué trata la secundaria.

    A) Osteoporosis primaria:

    1) Involutiva:

  • Posmenopáusica: ocurre en mujeres de 50 a 65 años. Existe un aumento del recambio óseo que afecta, sobre todo, al hueso trabecular y esto predispone a la fractura vertebral y del sector distal del radio.
  • Senil: ocurre en ambos sexos, predominando en la mujer con una relación dos a uno a partir de los 65 años. La pérdida de masa ósea es multifactorial. Perjudica, fundamentalmente, al hueso cortical y su fractura característica es la de la cadera.
  • 2) Idiopática:

  • Juvenil: 12 a 14 años.
  • Del adulto joven: mujeres menores de 50 años y hombres menores de 65.
  • B) Osteoporosis secundaria:

  • Endocrinas: hipertiroidismo, hiperparatiroidismo, hipercortisolismo, hipogonadismo.
  • Hematológicas: Mieloma y leucemia .
  • Fármacos: Corticoides por más de 3m, heparina y antiestrógenos.
  • Otras: Artritis reumatoidea crónica, enfermedad celíaca y cirrosis biliar primaria.
  • Clínica

    La osteoporosis puede ser asintomática y esto se constituye como un factor de riesgo de fracturas. Las complicaciones clínicas asociadas con la fractura osteoporótica determinan un acrecentamiento en la morbilidad -dolor, discapacidad física, peor calidad de vida, entre otros-, aumento en el riesgo de padecer nuevas fracturas -incluso en un corto período de tiempo- e incremento en la mortalidad.

    Otros puntos a tener en consideración:

  • Síndrome de aplastamiento vertebral: dos tercios de los casos se presentan sin síntomas y, además, pasa de dos a cuatro veces el riesgo de una nueva fractura. En el tercio restante está acompañado por dolor más intenso durante las dos primeras semanas. Cabe mencionar que es poco frecuente el compromiso radicular o medular. En cuanto a las fracturas múltiples, éstas ocasionan dolor de menor intensidad -más difuso por la contractura antálgica- y pueden originar el desarrollo de artrosis. La afección en cuña de vértebras dorsales aumenta la cifosis dorsal. La afección lumbar determina una disminución de la altura del abdomen con prominencia abdominal.
  • Fractura de cadera: el 95% se da por caídas simples y existe una alta morbimortalidad: 20% al año. El valor predictivo de un factor de riesgo clínico o la densitometría ósea aislada para fractura es limitado; por esta razón se ha propuesto un modelo FRAX, que es impulsado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que tiene la capacidad predictiva de calcular el riesgo de fractura osteoporótica mayor. En el momento del cálculo es importante asociar otras variables porque la mayoría de las fracturas ocurren en mujeres con valores de densitometría que están por encima de -2,5 D.E. (desviaciones estándar). Una comparación del modelo FRAX con modelos más simples, que utilizan únicamente la edad y la densidad mineral ósea (DMO), observó que estos mostraron un rendimiento similar para predecir el riesgo de fractura. Con el fin de poder calcular este riesgo hay que tomar en cuenta los siguientes factores: edad, sexo, IMC (kg./m2), fractura previa, tabaquismo, corticoterapia, fractura de cadera de los padres, artritis reumatoide, osteoporosis secundaria, consumo de tres o más unidades de alcohol por día -una unidad representa de 8 a 10 gr. de alcohol- y densitometría ósea del cuello del fémur -factor opcional porque se puede calcular el riesgo con y sin esa información-.
  • Paraclínica

  • Densitometría ósea: mide la diferencia entre la densidad ósea del paciente y la media para personas jóvenes del mismo sexo -el índice T- o la media para personas de la misma edad y sexo -índice Z-. El valor se expresa en unidad de desvío estándar. La OMS considera osteopenia a la densidad ósea que está entre -1 y -2,5 T, a la osteoporosis la define cuando la densidad es menor que -2,5 T y a la osteoporosis establecida en los casos en que la densidad es menor que -2,5 con fractura. Este estudio está indicado para el diagnóstico ante la sospecha de osteoporosis, ya sean manifestaciones clínicas o asociación de factores, y para su seguimiento.
  • Tratamiento

    Existe una serie de recomendaciones para prevenir la enfermedad y también para su tratamiento.

  • Evitar el tabaco y el alcohol: Se recomienda no consumir más de cuatro tazas de café diarias. Está comprobado que la ingesta dietética de calcio es frecuentemente insuficiente, por lo cual hay que reforzar su consumo diario.
  • Realizar ejercicio físico: tonificar masa muscular.
  • La exposición solar aumenta la síntesis de vitamina D; sin embargo, no se ha demostrado que disminuya el riesgo de fracturas.
  • Hay que apostar por la prevención de caídas.
  • Todos los pacientes con osteoporosis deben recibir calcio y vitamina D. Las dosis deberás ser las siguientes: de calcio se suministrará entre 1 y 1,2 gr. por día para hombres y mujeres mayores de 50 años y 1,5 gr. al día para osteoporosis establecida o bajo tratamiento con corticoides. En cuanto a la vitamina D: la dosis tendrá que ser de entre 800 y 1000 UI por día.
  • Fármacos: Antirresortivos -bifosfonatos- de elección en osteoporosis postmenopáusica y senil; disminuye el riesgo de fracturas vertebrales y no vertebrales. Consumir alendronato 70 mg. por semana y separado entre 30 y 60 minutos de las comidas e ingerido con abundante agua; es importante saber que no se recomienda su uso continuo por más de cinco años. Existen otros de segunda y tercera línea: ranelato de estroncio -no debe administrarse cuando hay alto riesgo de trombosis- y calcitonina nasal -disminuye el riesgo de fractura vertebral y no debe administrarse en osteoporosis inducida por corticoides-. Osteoformador (PTH): osteoporosis grave con dos o más fracturas previas; por 18 meses y seguidos de bifosfonatos -tiene alto costo y riesgo de hipercalcemia-.
  • SUAT te invita a que consultes con un especialista si las dudas persisten en relación al tema planteado en esta oportunidad. Recuerda que la mejor herramienta siempre es la prevención y mantener un estilo de vida saludable con el fin de poseer mejor calidad en la edad adulta.

    Dr. Oscar López

    Médico de SUAT

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