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19.01.2011

Consejos médicos

La glándula tiroides y sus funciones. Parte 1

Se encuentra ubicada en la parte anterior del cuello por debajo de la "nuez de Adán", pesa alrededor de 5 gr. y su función es segregar las llamadas hormonas tiroideas. Éstas últimas tienen efectos sobre el metabolismo del individuo: estimular casi todos los tejidos del cuerpo para que produzcan proteínas y aumentar la cantidad de oxígeno que las células utilizan. Cuando las células trabajan con mayor intensidad los órganos del cuerpo trabajan más rápido. Para poder producir hormonas tiroideas la glándula necesita yodo; es un elemento que tanto el agua como los alimentos contienen. El organismo emite "señales" para ajustar la concentración de hormonas tiroideas que necesita en cada momento. La tirotropina (TSH) estimula la glándula tiroides para producir hormonas tiroideas cuando la cantidad de las mismas desciende en el organismo. También funciona a la inversa, ya que cuando la cantidad de hormonas tiroideas es suficiente la TSH deja de estimular a la glándula.

Tiroxina y triyodotironina

Las hormonas tiroideas se encuentran en dos formas: la tiroxina (T4) y la triyodotironina (T3). La T4 es la forma producida en la glándula tiroides; tiene solamente un efecto ligero en la aceleración de la velocidad de los procesos metabólicos del cuerpo. La tiroxina se transforma en el hígado y otros órganos en una forma activa, la T3; esta conversión produce aproximadamente el 80% de la forma activa de la hormona, el 20 restante lo produce y secreta la misma glándula tiroides. Para que la glándula tiroides funcione con normalidad es necesario que muchos factores actúen estrechamente: el hipotálamo, la hipófisis, las proteínas transportadoras de hormona tiroidea -de la sangre- y la conversión de T4 a T3 en el hígado y los otros tejidos.

Con el objetivo de establecer la eficiencia del funcionamiento de la glándula tiroides se utilizan pruebas de laboratorio. La más común es la determinación de TSH; cómo ésta estimula la producción de hormona tiroidea, sus concentraciones en sangre son elevadas cuando la glándula tiroides es poco activa -por eso necesita mayor estímulo- y bajas cuando es hiperactiva -por eso necesita menor estímulo-. La medición de la concentración de TSH y de la de T4 libre que circulan en la sangre es, por lo general, todo lo que se necesita para conocer el funcionamiento hormonal. También se realizan pruebas sobre la glándula. Si el médico, al controlar a su paciente, detecta en el cuello crecimiento de la glándula -llamado bocio- se indicará, en general, la realización de una ecografía. El procedimiento utilizado suele emplear ondas de sonido para determinar si el crecimiento es sólido o contiene líquido. A su vez, puede estar indicada la realización de una gammagrafía del tiroides -estudio realizado con yodo radiactivo o tecnecio y un dispositivo para reproducir una imagen que muestre cualquier anomalía física-. La gammagrafía del tiroides es útil para determinar si una zona de la glándula funciona de manera normal o si es hiperactiva o poco activa comparada con el resto de la glándula.

Podrás encontrar más información sobre la tiroides en nuestra próxima actualización.

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