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19.10.2010

Consejos médicos

Sexualidad en la adolescencia

La adolescencia, como toda etapa, está signada por los cambios, las crisis y el paso a nuevos estados de vida. Y la sexualidad durante esos años no escapa a todos estos sucesos. Cabe tener en cuenta que no hay una sola manera de encarar la adolescencia porque está sujeta al criterio con el cual se observa. AdolescenciaDesde el punto de vista cronológico está delimitada, más o menos, entre los 12 y 25 años; se determina ese rango de edad pero es flexible, ya que todo proceso de un ser vivo es imposible encasillarlo en márgenes estáticos. Todo comienza con la pubertad que se determina por la menarca -la primera menstruación- en la mujer y las primeras poluciones nocturnas en el varón; ambos marcan, desde el punto de vista biológico, el comienzo de la adolescencia. Con el logro de la identidad personal -quién soy, hacia dónde quiero ir, qué quiero ser- está establecido el final de este período desde el criterio psicológico de abordaje. También desde esta óptica, lo que define a la adolescencia es la fijación de los roles; estos dependen de la cultura en la que se vive porque no están establecidos de nacimiento. Por lo general, se suele hablar de los adolescentes como si se tratara de un grupo homogéneo pero es imprescindible hablar de etapas; cada una está marcada por situaciones especiales que se manifiestan también en la sexualidad.

Etapas

La primera etapa, llamada de aislamiento, se da entre los 12 y 14 años. En el varón es la época de las barras, la mugre y el desorden; todo esto surge como reacción a los cambios que su cuerpo viene sufriendo. Hay un rechazo hacia las niñas que se constituye como la forma de superar la dependencia materna y, a su vez, la masturbación se presenta como la única manera de actividad sexual. Sin embargo, en el otro extremo están las niñas que no rechazan a los varones.

Entre los 14 y 15 años se da la segunda etapa que es la de incertidumbre. Se otorga mayor importancia a los pares -compañeros, amigos- y sus decisiones personales dependen muchas veces de las tendencias del grupo. En la interacción mediante chistes y conversaciones se despliega el erotismo. En el varón ocurren encuentros homosexuales que no marcan una futura opción sexual de esas características sino que son fruto de la timidez propia de la etapa que dificulta el acercamiento a personas del otro sexo. A partir de esta edad suceden los primeros enamoramientos.

En la tercera etapa, la que comprende a jóvenes de entre 15 y 17 años, hay una apertura a la heterosexualidad. Es la época de los grandes amores "para toda la vida" y "que sin la otra persona me muero" aunque a los tres días se cambia de amor; gran intensidad pero con corta duración. En pocas palabras, existe una gran idealización de la otra persona. Al mismo tiempo, se generan fantasías masturbatorias más intensas. Es en esta etapa en la que se define la orientación sexual -quién me atrae, si es un hombre, una mujer o ambos-.

La cuarta y última etapa, denominada de consolidación, comprende a chicos de entre 17 y 19 años. En este momento es en el que se consolida la identidad; se sabe quién es, qué quiere y hacia dónde va. Las relaciones afectivas son más estables mientras se logra la no idealización del ser amado y sin tantos duelos intolerables. Recién aquí se puede hablar de libertad y responsabilidad. La humildad de los padres y el reconocimiento de sus carencias son puntos importantes para lograr el reencuentro con sus hijos desde una óptica adulta.

Al momento de querer superar las crisis un gran problema es que ni los hijos ni los padres tienen parámetros fijos para relacionarse; el adolescente está en constante cambio y su conducta varía entre el comportamiento infantil y el adulto.

Logros que el joven debe alcanzar

Existen varias barreras que el adolescente necesita superar mientras vive cada etapa y se presentan algunos logros que debe alcanzar, como son los siguientes:

  • Separación e independencia de los padres.
  • Establecimiento de la identidad sexual.
  • Consolidación de la orientación sexual.
  • Desarrollo de un sistema personal de valores humanos.
  • Capacidad de instaurar vínculos duraderos, amor sexual y tierno en forma simultánea con una misma persona.
  • Retorno emocional a los padres sobre la base de una igualdad relativa.
  • Muchas veces el adulto olvida que el adolescente es una persona en desarrollo que necesita construir su libertad pero, al mismo tiempo, precisa hacerlo mediante límites que lo ayuden a ubicarlo en el mundo. Es decir, ni un marco demasiado rígido ni la libertad total. En este último caso, el joven podrá considerar esa actitud como abandono y despreocupación por parte de los padres. Hay que ayudarlo en la búsqueda del equilibrio y la madurez. SUAT te recuerda que no existen "adolescentes" sino individuos únicos e irrepetibles.

    Dr. Eduardo Caterino

    Psiquiatra de SUAT

    Palabras clave: sexualidad, adolescencia, etapas
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