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13.10.2010

Consejos médicos

Cólicos del lactante

Hasta el día de hoy no se sabe a ciencia cierta qué provoca este cuadro clínico tan común en los lactantes menores de tres meses. Se denominan así a los episodios de llanto intensos, muchas veces extensos y, al parecer, inmotivados. La definición exacta sería la siguiente: llanto, sin causa aparente, en un lactante menor de tres meses, de una duración de al menos tres horas por día, con frecuencia de tres o más veces por semana y durante tres semanas o, incluso, por más tiempo. Evidentemente se trata de un síntoma que provoca gran angustia en los padres y constituye un motivo de consulta muy frecuente. Es realmente difícil que los padres, sobre todo primerizos, asistan estos episodios de llanto -muchas veces "desgarrador"- sin preocuparse o buscar ayuda. Se estima que hasta el 40% de los bebés presentan "cólicos" que poseen estas características; suelen comenzar entre la tercera y sexta semanas de vida y remiten espontáneamente luego del tercer mes.

Algunos datos importantes:

Lo primero y más importante: descartar otras causas de llanto como pueden ser el hambre, frío, calor, necesidad de cambiar el pañal, dolor de oídos, fiebre, entre otros.

Los lactantes pequeños que sufren cólicos tienen buen apetito, un reflejo de succión normal, se ven y son sanos y crecen normalmente. Si se tiene presente el llanto y además el bebé luce mal o niega a alimentarse, entonces habrá que buscar otra causa.

A estos niños les gusta ser tenidos en brazos y hamacados; es recomendable hacerlo precozmente al iniciarse el llanto. El miembro de la familia que esté más tranquilo y distendido debe tomar al niño en brazos y hamacarlo suavemente o pasearlo. Cuanto más rato pase llorando más difícil será calmarlo.

Los bebés que padecen cólicos pueden vomitar ocasionalmente. Si esto se da en forma reiterativa o si el peso se estanca será necesario buscar otras causas del llanto.

Las deposiciones suelen ser normales; si aparecen elementos anormales como mucus o sangre tendrá que realizarse una consulta con el pediatra.

Causas

Se cree que son varias las causas que ocasionan cólicos y éstas pueden actuar solas o en combinación. Algunas de las que están comprobadas son las siguientes:

Lactancia artificial: la leche de vaca es de menor digestibilidad. Sin embargo, muchos niños alimentados a pecho tienen cólicos y en estos casos la madre deberá evitar la ingesta de cafeína y el exceso de lácteos. Tomando en consideración esos consejos se podrá obtener un efecto benéfico.

"Gases": algunos bebés parecen eliminar muchos gases. No se sabe si se trata del origen de los cólicos o si es porque tragan aire al llorar.

Muchos expertos opinan que estos episodios de llanto son parte de un síndrome de adaptación a la vida extrauterina; el niño sale de un ambiente térmico neutro y silencioso -sólo le llegan sonidos atenuados y los latidos maternos- y pasa a un exterior ruidoso, lleno de cambios de temperatura y con gran multiplicidad de estímulos. Este panorama se puede ver como una fuente potencial de estrés que llevaría a algunos niños a los episodios de llanto.

Los hijos de padres fumadores tienen más posibilidades de sufrir cólicos.

Tratamiento

No existe solamente un tratamiento que solucione el problema. Existen varias medidas que pueden implementarse para que la situación sea más llevadera.

Se debe enfatizar en que se trata de un evento frecuente, inofensivo y que mejora espontáneamente con la edad. Los cólicos no son culpa de nadie. Los padres deben relajarse y tomarlo con naturalidad; primero necesitarán descartar las causas más comunes de llanto que se nombraron anteriormente.

Otros tips a tener en cuenta:

Este tipo especial de llanto no es por hambre; así que no hay que continuar alimentando al niño porque podría agravar el problema. Lo mejor es intentar consolarlo y no tener temor en mimar demasiado a su bebé.

Ser abierto a probar diferentes posiciones: boca arriba y boca bajo, por ejemplo.

Intentar fraccionar la alimentación y, de esta forma, permitir eructar en los intervalos. Además, no hay que dejar al niño más de 10 minutos por lado al darle pecho.

Cabe tener en cuenta que algunas veces una salida en auto también ayuda.

Ponerles música suave; algunos bebés responden de manera positiva. Algunos ruidos monótonos de fondo -como la heladera, lavarropas y lavavajillas- pueden contribuir favorablemente.

Evitar la excesiva estimulación auditiva y visual. Promover los ambientes tranquilos, el volumen de televisores y radios deben ser bajos como también las conversaciones.

Los padres tienen que descansar y no sentirse mal si dejan al niño durante un rato con los abuelos, tíos, cuidadoras o incluso solos en su cuna. Hay que desconectarse por algún lapso de tiempo.

Consultar con el pediatra si aparecen otros síntomas como los siguientes: fiebre, diarrea, vómitos o dificultad respiratoria.

Lo principal es mantener la calma y analizar la situación para tomar decisiones que mejoren la salud del pequeño. SUAT da una mano para estar preparados ante estos momentos que pueden ocasionar mucho estrés tanto en padres como en hijos.

Dr. Rafael Decuadro

Pediatra de SUAT

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