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21.05.2025

Consejos médicos

Hipertensión arterial; control y prevención

La hipertensión arterial es una enfermedad crónica que se caracteriza por la elevación continua o persistente de los valores de presión arterial. Esta condición obliga al corazón a trabajar con mayor esfuerzo, lo que puede derivar en enfermedades, como la insuficiencia renal crónica, y en complicaciones cardíacas, cerebrales o de otros órganos. En Uruguay, según la Segunda Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, más del 30 % de la población vive con hipertensión arterial.

Es un problema frecuente, que puede volverse grave si no se trata de manera adecuada. Suele desarrollarse sin presentar síntomas, por lo que muchas personas pueden tenerla sin saberlo. Es más común a partir de los 40 años, aunque puede manifestarse a cualquier edad. Si bien existe una predisposición familiar, también puede aparecer en personas sin antecedentes.

Se considera que una persona tiene la presión arterial alta cuando sus valores superan los 140/90 mmHg. Para confirmar el diagnóstico de hipertensión, es necesario obtener mediciones elevadas en al menos dos ocasiones distintas. Es fundamental que estas mediciones se realicen con instrumentos validados y bajo un procedimiento estandarizado, para asegurar resultados confiables.

La mejor forma de tratar la hipertensión es prevenir su aparición. Para ello, es fundamental adoptar hábitos de vida saludables: no fumar, ya que el tabaco eleva la presión arterial y la frecuencia cardíaca, y potencia los efectos nocivos en personas hipertensas. Dejar de fumar tiene beneficios superiores, incluso, a muchos tratamientos farmacológicos. También es importante moderar el consumo de alcohol, su exceso contribuye al aumento de la presión arterial y a otras afecciones del corazón y de otros órganos. Controlar el peso corporal es otro factor clave, el sobrepeso está directamente relacionado con la hipertensión, y reducirlo mejora no solo los niveles de presión, sino también el riesgo cardiovascular y metabólico.

La actividad física regular contribuye significativamente a bajar la presión arterial. Una alimentación equilibrada también es fundamental. Se recomienda disminuir el consumo de sal y productos que la contengan, y priorizar frutas, verduras, legumbres, frutos secos, cereales integrales y aceite de oliva. Es aconsejable aumentar la ingesta de pescado y aves, y reducir el consumo de carnes rojas.

En algunos casos, estos cambios en el estilo de vida no son suficientes y se requiere tratamiento farmacológico. Es fundamental seguir estrictamente las indicaciones médicas: no interrumpir la medicación, aunque la presión se haya normalizado, mantener horarios regulares de toma y consultar al médico si no se observan resultados.

Si tenés hipertensión, cuidarte puede salvarte la vida. Adoptar una alimentación saludable, realizar actividad física con regularidad, tomar la medicación indicada, controlar la presión arterial con frecuencia y no interrumpir el tratamiento, aunque te sientas bien son acciones clave para evitar complicaciones. Si no se controla, la hipertensión puede provocar infartos, accidentes cerebrovasculares (ACV), insuficiencia cardíaca o renal, y problemas en la visión.

Medir la presión de forma regular permite detectar la enfermedad en etapas tempranas y prevenir consecuencias graves.

Fuente: Ministerio de Salud Pública

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